09 noviembre 2012

Tarô Urashima - 浦島太郎

Urashima Tarō es una leyenda japonesa que cuenta la historia de un pescador que salva a una tortuga y como recompensa se le permite vitisar el "Ryūgū-jō", el palacio del"Ryūjin" (el dios Dragón), que está en el fondo del mar. La primera vez que aparece el nombre de Urashima Tarō es en el siglo XV (periodo Muromachi) en el libro Otogizōshi, aunque la historia es mucho más antigua ya que aparece en libros antiguos como el Nihon Shoki, el Man'yōshū y el Tango no Kuni Fudoki. Aunque aparece con el nombre de Urashimako es la misma historia. Esto es porque antiguamente era costumbre japonesa añadir -ko (niño) tanto para nombre masculinos como para nombres femeninos. En épocas posteriores normalmente se usaba en nombres femeninos y para niños se usaba -tarou.




 Cuenta la leyenda que un día Urashima Tarō volvía de pescar muy afligido por no haber podido capturar ningún pez y no ofrecerle nada a su anciana madre y se encontró con un grupo de niños que maltrataban a una pobre tortuga. Le daban patadas, la ponían bocarriba, le daban golpes con una vara...

 Urashima sintió pena de la tortuga y le pidió a los niños que la dejaran en paz pero ellos no querían devolverla al mar e incluso querían venderla en el mercado. Entonces Urashima se ofreció a comprarla pero como no tenía dinero les ofreció su ropa, que aunque era vieja y harapienta los niños aceptaron como pago.
 -"Lo siento madre- dijo cuando volvió a casa- hoy tampoco he podido pescar y además he tenido que darle a unos niños mi ropa para que dejasen de maltratar a una tortuga".
-"No te preocupes hijo porque hiciste lo que debías. No te preocupes por no haberme podido traer de comer".
 Urashima se fue a pescar al día siguiente muy temprano, antes de que saliera el sol. Tampoco ésta vez conseguía pescar nada pero en cierto momento su caña se tensó y al rato apareció la cabeza de la tortuga que había salvado.


-"Tarô Urashima, te ruego que te subas a mi espalda"
 -"¿Cómo voy a subirme a tu espalda si eres muy pequeña?"
La tortuga insistió y Urashima obedeció sorprendido al comprobar que cuando puso los pies sobre el caparazón, la tortuga se hizo más grande, tanto que podía transportarlo con comodidad. Nada más subirse al caparazón Urashima se quedó dormido.
 Al despertar se encontró en un lugar totalmente desconocido. Era el gran Palacio del Dragón (Ryûgû-jô). Frente a él estaba la princesa Otohime quien le dio la bienvenida.
-"Tarô Urashima te doy la bienvenida, espero que hayas tenido un agradable viaje y que hayas descansado. Yo soy la tortuga que salvaste, soy hija del emperador del mar y éste es el palacio donde vive el dragón dios del mar. Cada vez que quiero salir a la superficie tengo que cambiar de forma y aquel día tuve la mala suerte de encontrarme con aquellos niños. Si no llega a ser por ti me habrían matado. En agradecimiento te mostraré las maravillas del Ryûgû-jô. Por favor, te ruego que te quedes aquí para siempre".
Urashima aceptó y la princesa lo sentó en una espléndida silla y le ofreció un gran banquete con manjares que el pescador jamás había probado. Después lo tomó de la mano y le mostró todo el palacio submarino , un lugar de ensueño llego de maravillas inimaginables.

Después de tres años en el palacio, disfrutando de banquetes y de la amabilidad de Otohime y de los sirvientes,  sintió preocupación por su anciana madre y le rogó a la princesa que lo dejara ir ya que temía que sería castigado por los dioses si no lo hacía.
 La princesa aceptó y como regalo de despedida le entregó tres cajas enjoyadas montadas una sobre otra. Luego se convirtió en tortuga y lo llevó a la superficie.
 Nada más despertar, Urashima se dirigió a su cabaña y cuál fue su sorpresa al encontrar en el lugar de su cabaña, unas pocas vigas en pie podridas y mohosas, como si llevaran así cientos de años. También la aldea estaba muy cambiada y nadie lo reconocía.
 Desesperado, el pescador se dirigió a un monje y le preguntó qué había sucedido en su ausencia. El monje pensaba que Urashima estaba bromeando cuando le dijo su nombre y le contó que hacía 300 años, un joven pescador así llamado se perdió en el mar y nunca más se supo de él. Incluso había una tumba erigida en el cementerio de la aldea con su nombre.
Urashima corrió hacia el cementerio para comprobar las palabras del monje y allí estaba la tumba con su nombre grabado. Le invadió la tristeza cuando se dio cuenta de que había estado trescientos años en el Ryûgû-jô, no tres como él pensaba.
Abatido, Urashima se dirigió a la playa sin saber qué hacer, recordó las cajitas que le regaló Otohime y decidió abrirlas para ver el contenido.
La primera tenía unas alas de grulla, de la segunda salió una columna de humo y en la tercera había un espejo donde Urashima se miró para comprobar que era un anciano de larga barba blanca.
Gracias a las alas, el anciano pescador pudo volar y surcar los cielos libremente convertido en una grulla. Primero fue al visitar su tumba y la sobrevoló tres veces. Luego se adentró en el mar desde donde pudo ver a una tortuga que emergía desde el fondo del mar... tal vez fuera Otohime.

 Hay muchas versiones de ésta leyenda. En otra versión Urashima solo recibe una caja de manos de la princesa y al abrirla sale una voz que dice "Te dije que no debías abrir la caja nunca, en ella moraba tu edad". El pescador se convierte entonces en un anciano y muere poco después.
En otras versiones la caja que recibe es un Tamatebako, un cubo origami.

 



Hay muchas referencias a ésta leyenda en los mangas. Sin ir más lejos en Bola de Dragón. Goku ayuda a una tortuga a llegar al mar y ésta en agradecimiento trae a Tortuga Duende, quien le regala la nube kinton

3 comentarios:

  1. Bonita historia. Me ha encantado. En cuanto mi peque sea un poco más mayor, será una de las historias que le cuente jejeje.

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  2. Bonita historia. Me ha encantado. En cuanto mi peque sea un poco más mayor, será una de las historias que le cuente jejeje.

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  3. Me ha encantado, ya la conocia pero es genial que este publicado, no me acordaba de esta historia.

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