17 noviembre 2012

La casa tradicional japonesa: Washitsu (和室), tokonoma (床の間), tatami (畳), shōji (障子) y fusuma (襖)

Washitsu  
和室


 Un washitsu es una habitación de estilo japonés con tatami, shôji, tokonoma y en ocasiones fusuma.

Antiguamente todas las habitaciones eran washitsu y su tamaño se medía según los tatami que cubrían el suelo usando la unidad de medida (畳). La medida típica es de seis u ocho tatami. Se suele amueblar con kotatsu que es una mesa baja que tiene una estufa donde la familia cena o recibe a las visitas, cojines zabuton o una silla baja especial para usarse en tatami.

Actualmente en las casas puede haber una habitación washitsu para recibir a las visitas donde está el tokonoma y el resto de habitaciones son al estilo occidental. Hay incluso muchos edificios de apartamentos nuevos que no tienen washitsu.



Tokonoma  
床の間

En un washitsu suele haber un tokonoma que consiste en un espacio elevado donde se cuelgan rollos desplegables decorativos con pinturas llamados Kakejiku, Tatemono o Kakemono. Los arreglos ikebana y los bonsái también suelen colocarse en éstos espacios. El tokonoma y los elementos colocados en él son fundamentales en la decoración tradicional japonesa y datan del período Muromachi (siglos XIV al XVI). Está rigurosamente prohibido pisar dentro del tokonoma.


Cuando se reciben visitas se suele colocar al invitado más importantes de espaldas al tokonoma ya que es una demostración modestia al no hacer de esta forma alardes del contenido del tokonoma ante el invitado. Los anfitriones deben intentar no conducir la mirada de éste huesped directamente hacia éste espacio.


Tatami 

Los tatami (palabra que literalmente significaba "doblado y apilado") son un elemento inconfundible de las casas tradicionales japonesas que en un principio eran exclusivos de los ricos cuando el resto de los japoneses se conformaban con un suelo de tierra compactada. Se solía hacer con tejido de paja pero hoy en día se puede encontrar de poliestireno expandido (el "corcho blanco" de embalar) cosa que de todas formas en Japón no es muy habitual. El borde de cada tatami está rematado con un brocado o con una tela verde oscura.

Cada tatami tiene siempre el mismo tamaño y forma ya que es una unidad de medida de la que derivan el resto de proporciones de la arquitectura tradicional japonesa. Las dimensiones tradicionales son de 90cm por 180cm por 5cm de grosor. Los tatami de Kioto y de las regiones del oeste de Japón suelen ser más largos. Debido a éste tamaño fijo las habitaciones de las casas tradicionales siempre están construidas con un tamaño múltiplo de 90.

Hay muchas reglas de colocación de los tatami ya que si no se hace bien puede atraer a la mala suerte. Nunca deben colocarse en cuadrícula ni coincidir en un mismo punto tres o cuatro esquinas de los tatami.



Akari shōji
明り障子(shōji)
 
Son una de las cosas más populares y conocidas en occidente de las casas japonesas tradicionales después de los tatami. Éstas puertas y paneles dividen los espacios de las casas y con solo deslizarlas podemos transformar dichos espacios creando nuevos según las necesidades. Algo tan tradicional japonés es algo muy moderno en la cultura occidental donde el concepto de espacio es muy distinto.


La puerta o ventana shôji tradicional consiste en papel washi (和紙) translúcido sobre un bastidor de madera que mantiene juntos un entramado de madera o bambú. El papel suele estar pegado por el lado exterior de forma que el entramado es visible desde el interior de la habitación y solo el papel y la silueta de éste se ve desde fuera. El washi es el papel tradicional pero la puerta hoy en día la podemos encontrar con otros materiales modernos como el plástico. También hoy en día, sobre todo en occidente, se suelen poner dos entramados o rejillas con varillas de madera, uno a cada lado, de forma que pueden verse tanto desde fuera como desde dentro.

El entramado o Kumiko está hecho normalmente de listones delgados de madera de cedro. Aunque parecen muy delicados y fáciles de romper, se vuelven muy fuertes debido a la precisión de las uniones entre unos listones y otros y a la aplicación del papel que lo convierte en un panel duro y fuerte. Si el kumiko es muy grande vuelve la puerta shôji muy cargada y se ve muy burda.

Éstas puertas se abren deslizándose o plegándose para ocupar poco espacio. En las casas tradicionales éstas puertas eran tanto exteriores como interiores pero hoy en día las casas suelen tener puertas abatibles y dejan tanto la shoji como los paneles fusuma y el tatami para el washitsu, que es una habitación reservada para las visitas decorada al estilo tradicional con tatami, shôji, tokoma y en ocasiones fusuma. El marco que la rodea es también muy fino.

El concepto japonés del shôji es que todas las partes "trabajan" juntas mientras que en occidente se entiende que el marco sujeta todos los paneles interiores. En las puertas shôji exteriores se suele colgar un Fuurin ( 風鈴 - campanilla que evoca el viento) a principios de verano.

karagami shōji 
唐紙障子(fusuma)

Los fusuma son paneles rectangulares cubiertos con papel decorado y con un marco de madera, que se deslizan de un lado a otro para redefinir espacios en una habitación o que actúan como puertas y suelen ser muy ligeros. Las medidas típicas son de 90cm de ancho por 180cm de alto, la misma medida que un tatami, y mide dos o tres centímetros de grosor.

La altura del fusuma se ha incrementado con los años debido al incremento de altura de la población japonesa. Un fusuma tradicional que se puede encontrar en cualquier casa antigua puede llegar a medir 170cm de alto.

Tradicionalmente estaban pintados con escenas de la naturaleza como montañas, bosques, animales... Hoy en día están impresos de forma industrial con dibujos de abanicos, hojas otoñales, flores de cerezo, árboles o gráficos geométricos. También hay modelos infantiles con personajes populares.

Tanto el shôji como el fusuma corren por rieles de madera tanto en la parte superior como en la inferior. El carril superior se llama Kamoi ( 鸭 居 -lugar del pato) y el inferior Shikii  (敷 居) y tradicionalmente estaban encerados para facilitar el deslizamiento del shôji y el fusuma pero hoy en día suelen tener una tira de vinilo.





La palabra shôji se puede aplicar tanto a la puerta shôji en si como a los paneles fusuma pero en japonés se distinguen como "karagami shōji" 唐紙障子(fusuma) y "akari shōji" 明り障子(shōji).



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Justo encima de las puertas podemos ver unos paneles de madera grabada con dibujos geométricos que se usaban para llenar ese espacio entre la puerta y el techo. A veces son rejillas que dejan pasar la luz y el aire cuando las shôji y las fusuma, otras veces están labrados con dibujos más artísticos y complicados. Éstos paneles se llaman Ranma y datan del período Heian (siglo IX al XII) y se encuentran en todos los edificios tradicionales japoneses: casas, templos, edificios públicos y palacios.





16 noviembre 2012

Los seis Jizôs y los sombreros de paja.

Jizô (地蔵) o O-jizō-sama (お地蔵様) es una de las divinidades más populares de Japón, protectores de las mujeres embarazadas, de los viajeros y peregrinos (pueden encontrarse a la orilla de muchos caminos), bomberos y sobre todo de los niños no nacidos o nacidos muertos.

Según la tradición budista los niños que fallecen antes o durante el embarazo o siendo muy pequeños son arrojados al lecho seco del río infernal (Sanzu), el cual cruzan todas las almas para llegar a la vida tras la muerte, ya que no han reunido suficientes buenas acciones y como castigo por haber causado tanta pena a los padres.

Allí se dedican a recoger piedrecitas para apilarlas y construir altares con los que pedir misericordia a Buda. Pero siempre aparece un demonio que derriba los altares y los golpea con una barra de hierro. La única forma de escapar de este tormento es que los padres oren a los Jizô y ayuden a los niños, llamados mizuko (水子-niños de agua). Los padres van a rezarle a las estatuas y las rodean de piedrecitas para acortar la estancia de los niños en el infierno.

También se cree que los Jizô ocultan a los niños entre sus ropajes del demonio de la barra de hierro y por eso las madres visten a los Jizô con sombreros, baberos.

Muchas veces se pueden encontrar los Jizô en grupo de seis ya que la tradición budista cree que hay seis caminos que llevan al infierno y cada una de éstas estatuas nos protegen de la elección de un mal camino. También suelen llevar una vara de peregrino, una vara con seis aros que agita para despertarnos de las falsas visiones.

Existe un cuento clásico de tradición oral protagonizado por seis Jizô.
"Vivía hace mucho tiempo una pareja de ancianos que se ganaban la vida tejiendo sombreros de paja sugegasa (菅笠) Eran muy humildes y un año llegó la festividad de año nuevo y no tenían dinero para poder comprar el mochi tradicional de esas fechas. El anciano decidió ir al pueblo y vender unos sombreros para comprarlo con el dinero de la venta.
Cogió cinco sombreros y se dirigió hacia el pueblo caminando. Le llevó casi todo el día cruzar los campos hasta llegar al pueblo y una vez allí empezó a pregonar para que la gente le comprase los sombreros.
 Como se acercaba la festividad de año nuevo había mucha gente comprando, pero nadie se acercó a comprarle los sombreros ya que en esas fechas nadie sale de casa. Se acabó el día y el pobre anciano tuvo que volver a casa sin haber vendido ninguno y sin poder comprar el mochi de año nuevo.
Comenzó a nevar cuando salía del pueblo y vio a un grupo de seis O-jizô-sama cuyas cabezas empezaban a cubrirse de nieve y las caras de estalactitas de hielo.
El anciano ni corto ni perezoso se fue hacia ellas y les sacudió la nieve de la cabeza y les quitó el hielo, cubriéndolos con los sombreros diciéndoles:
-Solo tengo unos sombreros de paja pero, por favor, acéptenlos..."
Sólo llevaba cinco sombreros así que al último le dio el suyo propio disculpándose ante el Jizô por darle un sombrero viejo. Tras esto siguió su camino.
 No pudieron cenar mochi así que comieron arroz, unas verduras en vinagre y se fueron temprano a dormir. Por la noche les despertaron unos cánticos que se acercaban y cuando corrieron a ver qué era se encontraron ante la puerta cajas y cajas, unas sobre otras, llenas de arroz, vino, mochi, decoraciones de año nuevo, mantas, kimonos...
 A lo lejos vieron a seis Jizô que se alejaban con los sugegasa del abuelo puestos".

*** FIN ***

09 noviembre 2012

Tarô Urashima - 浦島太郎

Urashima Tarō es una leyenda japonesa que cuenta la historia de un pescador que salva a una tortuga y como recompensa se le permite vitisar el "Ryūgū-jō", el palacio del"Ryūjin" (el dios Dragón), que está en el fondo del mar. La primera vez que aparece el nombre de Urashima Tarō es en el siglo XV (periodo Muromachi) en el libro Otogizōshi, aunque la historia es mucho más antigua ya que aparece en libros antiguos como el Nihon Shoki, el Man'yōshū y el Tango no Kuni Fudoki. Aunque aparece con el nombre de Urashimako es la misma historia. Esto es porque antiguamente era costumbre japonesa añadir -ko (niño) tanto para nombre masculinos como para nombres femeninos. En épocas posteriores normalmente se usaba en nombres femeninos y para niños se usaba -tarou.




 Cuenta la leyenda que un día Urashima Tarō volvía de pescar muy afligido por no haber podido capturar ningún pez y no ofrecerle nada a su anciana madre y se encontró con un grupo de niños que maltrataban a una pobre tortuga. Le daban patadas, la ponían bocarriba, le daban golpes con una vara...

 Urashima sintió pena de la tortuga y le pidió a los niños que la dejaran en paz pero ellos no querían devolverla al mar e incluso querían venderla en el mercado. Entonces Urashima se ofreció a comprarla pero como no tenía dinero les ofreció su ropa, que aunque era vieja y harapienta los niños aceptaron como pago.
 -"Lo siento madre- dijo cuando volvió a casa- hoy tampoco he podido pescar y además he tenido que darle a unos niños mi ropa para que dejasen de maltratar a una tortuga".
-"No te preocupes hijo porque hiciste lo que debías. No te preocupes por no haberme podido traer de comer".
 Urashima se fue a pescar al día siguiente muy temprano, antes de que saliera el sol. Tampoco ésta vez conseguía pescar nada pero en cierto momento su caña se tensó y al rato apareció la cabeza de la tortuga que había salvado.


-"Tarô Urashima, te ruego que te subas a mi espalda"
 -"¿Cómo voy a subirme a tu espalda si eres muy pequeña?"
La tortuga insistió y Urashima obedeció sorprendido al comprobar que cuando puso los pies sobre el caparazón, la tortuga se hizo más grande, tanto que podía transportarlo con comodidad. Nada más subirse al caparazón Urashima se quedó dormido.
 Al despertar se encontró en un lugar totalmente desconocido. Era el gran Palacio del Dragón (Ryûgû-jô). Frente a él estaba la princesa Otohime quien le dio la bienvenida.
-"Tarô Urashima te doy la bienvenida, espero que hayas tenido un agradable viaje y que hayas descansado. Yo soy la tortuga que salvaste, soy hija del emperador del mar y éste es el palacio donde vive el dragón dios del mar. Cada vez que quiero salir a la superficie tengo que cambiar de forma y aquel día tuve la mala suerte de encontrarme con aquellos niños. Si no llega a ser por ti me habrían matado. En agradecimiento te mostraré las maravillas del Ryûgû-jô. Por favor, te ruego que te quedes aquí para siempre".
Urashima aceptó y la princesa lo sentó en una espléndida silla y le ofreció un gran banquete con manjares que el pescador jamás había probado. Después lo tomó de la mano y le mostró todo el palacio submarino , un lugar de ensueño llego de maravillas inimaginables.

Después de tres años en el palacio, disfrutando de banquetes y de la amabilidad de Otohime y de los sirvientes,  sintió preocupación por su anciana madre y le rogó a la princesa que lo dejara ir ya que temía que sería castigado por los dioses si no lo hacía.
 La princesa aceptó y como regalo de despedida le entregó tres cajas enjoyadas montadas una sobre otra. Luego se convirtió en tortuga y lo llevó a la superficie.
 Nada más despertar, Urashima se dirigió a su cabaña y cuál fue su sorpresa al encontrar en el lugar de su cabaña, unas pocas vigas en pie podridas y mohosas, como si llevaran así cientos de años. También la aldea estaba muy cambiada y nadie lo reconocía.
 Desesperado, el pescador se dirigió a un monje y le preguntó qué había sucedido en su ausencia. El monje pensaba que Urashima estaba bromeando cuando le dijo su nombre y le contó que hacía 300 años, un joven pescador así llamado se perdió en el mar y nunca más se supo de él. Incluso había una tumba erigida en el cementerio de la aldea con su nombre.
Urashima corrió hacia el cementerio para comprobar las palabras del monje y allí estaba la tumba con su nombre grabado. Le invadió la tristeza cuando se dio cuenta de que había estado trescientos años en el Ryûgû-jô, no tres como él pensaba.
Abatido, Urashima se dirigió a la playa sin saber qué hacer, recordó las cajitas que le regaló Otohime y decidió abrirlas para ver el contenido.
La primera tenía unas alas de grulla, de la segunda salió una columna de humo y en la tercera había un espejo donde Urashima se miró para comprobar que era un anciano de larga barba blanca.
Gracias a las alas, el anciano pescador pudo volar y surcar los cielos libremente convertido en una grulla. Primero fue al visitar su tumba y la sobrevoló tres veces. Luego se adentró en el mar desde donde pudo ver a una tortuga que emergía desde el fondo del mar... tal vez fuera Otohime.

 Hay muchas versiones de ésta leyenda. En otra versión Urashima solo recibe una caja de manos de la princesa y al abrirla sale una voz que dice "Te dije que no debías abrir la caja nunca, en ella moraba tu edad". El pescador se convierte entonces en un anciano y muere poco después.
En otras versiones la caja que recibe es un Tamatebako, un cubo origami.

 



Hay muchas referencias a ésta leyenda en los mangas. Sin ir más lejos en Bola de Dragón. Goku ayuda a una tortuga a llegar al mar y ésta en agradecimiento trae a Tortuga Duende, quien le regala la nube kinton

02 noviembre 2012

Festival O-Bon (盆踊り)

La fiesta para honrar a los muertos en Japón no coincide en el tiempo con la occidental. Aunque se ha puesto de moda celebrar Halloween allí también y se pueden ver muchos anuncios de fiestas de disfraces en clubes, no llega a implantarse como una celebración.

Allí se honra a los muertos, o a los espíritus de los antepasados en julio y en agosto.
  • El Shichigatsu Bon (Bon de julio) se celebra del 13 al 15 de dicho mes en la región de Kanto (Gunma, Tochigi, Ibaraki, Saitama, Chiba, Kanagawa y Tokio) y en la región de norteña de Tohoku ( Akita, Aomori, Fukushima, Iwate, Miyagi y Yamagata). Este festival se basa en el calendario lunar.
  • El Hachigatsu Bon (Bon de agosto) se celebra entre del 13 al 15 de agosto, constituyendo la fecha más común de celebración en el país (especialmente en Kansai) y se basa en el calendario lunar. 
  • El Kyu Bon (Bon Antiguo) se celebra el día 15 del séptimo mes del calendario lunar así que cada año cae en fechas distintas. Se celebra en áreas como la parte norte de la región de Kanto, región de Chugoki, Shikoku y las Islas Ryukyu.


Es una festividad japonesa de orígenes budistas que lleva celebrandose 500 años convirtiéndose de ésta forma en parte de la tradición de éste país y en una ocasión perfecta para reunirse con amigos y familiares.




Uno de los rituales más conocidos en occidente es el Tōrō nagashi (灯籠流し) que consiste en dejar farolillos de papel (chōchin) en el agua de un río. Tōrō significa linterna y nagashi "crucero, flujo". Esto se suele hacer en la última noche del festival para guiar a los espíritus de vuelta al otro mundo. Los farolillos blancos se suelen usar para los que murieron en el último año.

Durante el Bon odori (盆踊) la gente se suele reunir alrededor de una "torre" a ejecutar éste baile tradicional al ritmo de tambores taiko. La música debe ser alegre y la gente debe estar de buen humor para dar la bienvenida a las almas de los ancestros. Se celebra de noche ya es es entonces cuando las almas regresan del más allá.

Uno de los rituales más espectaculares y uno de los más emblemáticos de Kioto es el Gozan no Okuribi (五山送り火). Durante la celebración del mismo cinco enormes hogueras se encienden en las colinas que rodean la ciudad representando la vuelta de las almas de los antepasados al mundo de los espíritus. De ahí el nombre Okuribi (送り火 - despedida de fuego). Cada hoguera tiene la forma de un caracter de la escritura japonesa y son los siguientes: 













    • Daimonji (大文字), grande
    • Myō/Hō (妙法), admirable dharma
    • Funagata (舟 形), la forma de un barco
    • Hidari Daimonji (左大文字), grande
    • Toriigata (鸟居形), la forma de un torii o una puerta de santuario
    El más popular es el que se enciende en el Daimonji-yama. Es el caracter dai (大) y los hoteles ofrecen ofertas de habitaciones desde donde poder ver el Daimonji o, pagando un plus, ver los cinco encendidos.