27 enero 2011

Mimizuka, la tumba de las 40.000 narices.

En los tiempo de guerra en Japón existía la costumbre de cortarle la cabeza al enemigo y llevársela al señor feudal ya que este recompensaba por ello al soldado. Esta costumbre tuvo que cambiarse en la guerra contra Corea (siglo XVI) ya que iban bastante apretados en los barcos, por lo que en lugar de cortarles la cabeza les cortaban la nariz o las orejas tanto a los soldados como a los civiles muertos. Luego volvían con todos estos "trofeos" metidos en barriles con salmuera para conservarlos bien a la vuelta.

Por todo el país se levantaron tumbas-trofeo donde se enterraban las narices y orejas y eran conocidas como Tumba de narices o Tumba de orejas. La más conocida de todas es Mimizuka, la tumba de las 40.000 narices en Kyoto. Los japoneses ya casi ni recuerdan esto. Es más, en los libros de texto del colegio no aparece referencia alguna y mucho menos en las guias turísticas. Sin embargo, como es lógico, los Coreanos no lo olvidan y consideran esta tumba como un monumento a la crueldad.




Lo más sorprendente es que estas 40.000 orejas y narices son solo una pequeña parte del total ya que la mayor parte de ellas se pudrieron.

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